(( RetPortajes ))
Abril / 2011
publicado por Yerba

“The Expendables”, los
mercenarios en su título en español, estrenada en el año 2010,
reunía a lo más granado de los héroes de acción de las décadas
de los ochenta y noventa. El director, productor, guionista y
protagonista del metraje no podía ser otro que Sylvester Stallone.
“Quería hacer una película de hombres que desentonan un poco en
el mundo, pero que se rigen por un código, cosa inusual. Ahora los
únicos códigos son los postales”, de esta forma describía el
autor del film su motivación a la hora de pensar la historia y el
reparto. Bruce Willis (La jungla de cristal), Arnold Schwarzenegger
(Terminator), Dolph Lundgren (Rocky IV), Mickey Rourke (Sin City),
Jet Li (Arma letal 4), Jason Statham (The Transporter) entre otros,
entraron a formar parte del elenco de esta nueva película de
Stallone con un argumento peculiar. Los mercenarios iban a recibir
una misión especial de un misterioso hombre. Una isla del caribe
había sido tomada por un dictador fanático y ellos tendrían que
acabar con él, pero al llegar a la isla las cosas cambiarían
drásticamente. El dictador es una simple marioneta en manos de un ex
agente de la CIA que está usando la isla como zona de cultivo y
procesamiento de una gran cantidad de droga. La única interesada en acabar con el dictador y su socio es la propia CIA
instigadora del nuevo régimen. Tras ser traicionada por su
ex agente contratan a los mercenarios para vengarse y recuperar el negocio.
De la ficción a la
realidad
Desde
el punto de vista de la política de Washington un funcionario que
podría encarnar perfectamente el papel de dictador malvado podría
ser Evo Morales. El presidente de Bolivia acusado en varias ocasiones
de populista y manipulador se encuentra en la lista de enemigos
públicos que publica periódicamente la Agencia de Seguridad
Nacional estadounidense. Este presidente expulsó el año pasado a
los agentes de la DEA que trabajaban en Bolivia acusados de
desarrollar labores de espionaje y no de lucha contra el narcotráfico.
Otro presidente que podría encarnar el papel de terrible dictador,
el presidente venezolano Hugo Chávez, acusó a este mismo organismo
en 2005 de espiar a su gobierno. El portavoz del Departamento de
Estado de los Estados Unidos, Adam Ereli señaló entonces: “Son
acusaciones sin fundamento. No tienen sustancia ni justificación”.
Meses más tarde la acusación se amplio. El ministro del Interior y
Justicia de Venezuela, Tarek El Aissami, afirmó que la DEA se estaba
convirtiendo, gracias a sus influencias y su poder de infiltración,
en un nuevo e importante cartel del narcotráfico. Un nuevo cartel
llamado el “cartel de las tres letras”, porque junto a la DEA el
ministro señalaba la colaboración estrecha del DAS (Departamento
Administrativo de Seguridad), la agencia de inteligencia colombiana.
Colombia: laboratorio
del plan antidrogas
La
acusación a Colombia no es gratuita. En 1999 arranca el Plan
Colombia en el país suramericano. Este plan orquestado desde
Washington planeaba, entre otras tantas cosas, reducir el cultivo y
la producción de cocaína que se encontraba en sus cotas más altas desde la
aparición de los cárteles de Medellín y Cali. Desde 2000 a 2007 la
ayuda económica estadounidense al gobierno colombiano alcanzó los
4.900 millones de dólares. Una inversión tanto de recursos
materiales como humanos que contrasta en mucho con los resultados, ya
que no sólo no se redujeron los cultivos de coca y la producción del polvo blanco sino que los cultivos aumentaron un 15% y la producción
un 4% según datos de la propia CIA. Por un lado es cierto que se
consiguió restar poder a los cárteles de Cali y Medellín pero
paralelamente por otro lado nacieron cerca de 300 nuevos mini
cárteles en las zonas “controladas” por el gobierno colombiano.
El más fiel defensor e impulsor del Plan Colombia en el país fue
Álvaro Uribe. Curiosamente el expresidente colombiano, al mismo
tiempo, es señalado por los propios Estados Unidos como el número
82 entre los personajes “amenazas para la seguridad nacional” por
sus vínculos con el narcotráfico en su etapa política en Medellín.
Frente a estas contradicciones hay quien afirma que la DEA y la
propia CIA han pasado de la lucha contras las drogas a la promoción
del narcotráfico. Ya que perpetuando el problema del narcotráfico
los intereses estadounidenses tendrán una excusa perfecta para
entrar en los países afectados y asegurar nuevas posibilidades
económicas: venta de armas, seguridad, créditos al sector privado,
etc.
Y wikileaks...
Entre
las filtraciones de Wikileaks a principios de año estaban las
difundidas por el New York Times en relación a la DEA. Según estas
filtraciones la agencia antidroga norteamericana contaría con 87
oficinas en 63 países del planeta , casi alcanzando el desarrollo
que su hermana, la CIA. La agencia antinarcóticos se estaría
convirtiendo en una agencia de inteligencia global con alcances mucho
más allá que las drogas. En particular distintos cables difundidos
en esta filtración harían referencia a diferentes actividades
atípicas para la agencia. Por ejemplo en Sierra Leona una importante
investigación de tráfico de cocaína hacía que la DEA pidiera una dotación económica de más de 2.500
milones en dólares para sobornos, en Guinea el principal
narcotraficante del país resultó ser el hijo del presidente del
país y cuando las autoridades se disponían a destruir un gran
cargamento de cocaína interceptado se percataron que la droga había
sido sustituída por harina. En Myanmar los informantes de la DEA denunciaban las actividades políticas de los opositores a la
junta militar mientras ésta se enriquecía con el dinero del
narcotráfico. En Panamá el presidente se comunicó mediante un mensaje telefónico pidiendo a la agencia apoyo para pinchar teléfonos de opositores... Todo un
abanico de casos por el mundo que muestran el poder que ha adquirido
esta agencia en las últimas décadas y como ese poder no ha
conllevado un retroceso en el desarrollo del narcotráfico, sino todo
lo contrario.En el caso de los países que han colaborado más estrechamente con estas agencias: México y Colombia. El poder de las mafias se ha disparado alarmantemente.
De la realidad a la
ficción

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